Tropiezos lingüísticos: errores comunes entre estudiantes de español y sus curiosas causas
Aprender español como segunda lengua es una aventura llena de descubrimientos... y de inevitables malentendidos. Desde falsos amigos hasta pronunciaciones desafiantes, los estudiantes de español suelen cometer errores recurrentes que, más que simples equivocaciones, revelan aspectos fascinantes sobre la estructura del idioma y las diferencias culturales.
Uno de los fallos más frecuentes es la confusión entre los verbos "ser" y "estar", ambos traducibles como "to be" en inglés. No es raro escuchar a principiantes decir "soy cansado" en lugar de "estoy cansado", alterando el significado de "estoy cansado" (estoy fatigado) a "soy una persona cansada por naturaleza".
Otro error clásico es el uso incorrecto de los tiempos verbales. Para quienes provienen de lenguas con estructuras verbales más simples, como el inglés o el chino mandarín, manejar pretéritos como el pretérito indefinido y el pretérito imperfecto puede convertirse en un laberinto. Así, frases como "cuando era niño, comí muchos dulces" pueden provocar sonrisas: el estudiante quiso decir que solía comer dulces habitualmente, pero usó un tiempo verbal de acción puntual.
Los falsos amigos también generan confusión hilarante. Un clásico: estudiantes que declaran con toda seriedad "Estoy embarazada" cuando quieren decir "Estoy avergonzado" (por influencia del inglés "embarrassed"), sin saber que acaban de anunciar un embarazo ficticio.
Las preposiciones son otro campo de batalla. Expresiones como "pensar sobre" en lugar de "pensar en" o "buscar por" en lugar de simplemente "buscar" son herencias directas de la lógica de otros idiomas.
¿Por qué ocurren estos errores? Según la profesora de español como lengua extranjera, Laura Morales, la mayoría de los fallos provienen de la interferencia lingüística: "Los estudiantes tienden a aplicar las reglas de su lengua materna al español, de manera inconsciente. A veces, sus cerebros buscan 'puentes' rápidos para comunicarse, aunque estos no siempre sean correctos".
Otros errores tienen raíces culturales. Por ejemplo, en culturas donde la cortesía verbal extrema es común, los estudiantes pueden usar formas innecesariamente formales en situaciones informales, generando una impresión distante o exagerada.
Pese a todo, los expertos coinciden: equivocarse es parte esencial del aprendizaje. "Cada error es una oportunidad para entender mejor no solo el idioma, sino también el modo de pensar y sentir en español", asegura Morales.
Así, entre confusiones de "ser" y "estar", falsos embarazos lingüísticos y verbos caprichosos, los estudiantes de español siguen avanzando, con humor, paciencia y pasión.

